Toluca, Méx. - El Gobierno del Estado de México protege, fomenta y preserva el patrimonio cultural como la gastronomía mexiquense. Por ello, se suma a las conmemoraciones por el aniversario de la Declaratoria de la Gastronomía Mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y por el Día Nacional de la Gastronomía Mexicana.
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El 16 de noviembre de 2010 la UNESCO declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la Gastronomía Mexicana, con el objetivo de preservar el patrimonio cultural que la comida brinda, impulsar la riqueza natural del país y fomentar la elaboración de alimentos con las recetas tradicionales que han pasado de generación en generación.
Asimismo, la Secretaría de Turismo del Gobierno de México decretó, a partir del 16 de noviembre de 2019, el Día Nacional de la Gastronomía Mexicana para fortalecer la actividad como Patrimonio Cultural.
En el Estado de México, cada alimento y bebida conserva las raíces otomíes, nahuas, mazahuas, tlahuicas y matlatzincas con los tradicionales productos de la milpa como maíz, frijol, calabaza, tomate y chile, entre otros. Asimismo, se preserva la tradición de las recetas y sazón de las cocineras tradicionales.
Entre los platillos más representativos destacan el pepeto, un caldo hecho con diversas legumbres entre chile manzano, cebollas, habas, calabacitas, ajo, granos de elote, chilacayotes y epazote acompañado con carne de cerdo o pollo. Tiene su origen en Coatepec Harinas, sin embargo, también se prepara en Villa Guerrero, Tenancingo, Tonatico e Ixtapan de la Sal.
El obispo, originario de Tenancingo, es un embutido a base de carne y algunas vísceras de cerdo para darle consistencia y sabor. Se sazona con chile manzano, semillas de cilantro y epazote y cuando la preparación es especial se le adicionan pasas, piñones y almendras. Un toque especial se le da cuando se cocina a la leña.
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El Pueblo con Encanto de Sultepec ofrece las tradicionales tortas y tacos de Chito, que es carne de chivo cocida en horno de hoyo y carbón.
En el Valle de Teotihuacán se conserva la comida prehispánica con platillos a base de insectos entre los que destacan escamoles, gusanos de maguey, chinicuiles y chapulines, elaborados y sazonados con diversas hierbas como epazote, cilantro y laurel; algunos envueltos en penca de maguey.
Las bebidas espirituosas acompañan a los platillos tradicionales como La Chiva, licor elaborado en El Oro; Moscos o Mosquitos, bebida de Toluca, la Garañona elaborada en Metepec y el tradicional pulque.
Otros sabores mexiquenses que destacan son el mole de Acazulco, los tamales de ollita de Ocoyoacac, palanquetas de Tonatico, la fruta de horno de Tenango del Valle, la diversidad de hongos y setas, así como los dulces de leche y alfeñique, entre otros.
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