Toluca, Méx. Tras la pérdida de grandes masas forestales, vitales para la absorción de CO2, la generación de oxígeno y la lucha contra el cambio climático, es necesaria la plantación masiva de árboles con el objetivo de evitar la pérdida de ecosistemas y frenar el deterioro del planeta.
Los ecosistemas forestales tienen la capacidad de disminuir el efecto invernadero a través de dos procesos relacionados al ciclo del carbono, la fijación o captura de carbono y la reducción de emisiones debidas a la deforestación y degradación forestal.
Durante su crecimiento los árboles absorben el bióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y lo convierten en carbono que se almacena en su tronco, raíces y hojas. Adicionalmente queda carbono almacenado en el suelo, en la materia orgánica al ras del suelo y en los árboles muertos.
El proceso en el que los árboles capturan carbono de la atmósfera contribuye a la mitigación del cambio climático. Sin embargo, un bosque que crece está catalogado como un sumidero de carbono.
De forma inversa con la destrucción de los árboles y bosques o su degradación se libera hacia la atmósfera el carbono que alguna vez fue almacenado, contribuyendo al problema del cambio climático. A nivel mundial se estima que el cambio de uso de suelo es una de las fuentes más importantes de Gases Efecto Invernadero (GEI).
Los árboles producen oxígeno, purifican el aire, forman suelos fértiles, evitan erosión, mantienen ríos limpios, captan agua para los acuíferos, sirven como refugios para la fauna, reducen la temperatura del suelo, propician el establecimiento de otras especies, regeneran los nutrientes del suelo y mejoran el paisaje.
La plantación de árboles mejora la calidad del aire de varias formas:
Los árboles absorben el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y lo almacenan en sus tejidos, lo que ayuda a mitigar el cambio climático.
Los árboles actúan como filtros naturales del aire, atrapando en sus hojas y corteza contaminantes como el polvo, el humo y los gases nocivos.
La ubicación estratégica de los árboles en las ciudades puede ayudar a enfriar el aire entre 2 y 8 grados centígrados.
La reforestación tiene otros beneficios, como:
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