POR Elda Lastra

Acolman, Méx. — Obras gráficas de diferentes disciplinas integran la nueva exposición permanente "La cruz y la piedra. Primeros pasos de los agustinos en la Nueva España" en el Virreinal de Acolman. Se trata de una muestra pictográfica, escultórica y fotográfica, que formará parte de la reestructuración curatorial de la Sala Refectorio.

A través de 18 obras, la exposición narra la historia de los agustinos de 1533 a 1630, la evangelización tras la Conquista, los conjuntos conventuales que construyeron y el acontecer de este exconvento de San Agustín.

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Exposición permanente "La cruz y la piedra. Primeros pasos de los agustinos en la Nueva España" / Foto Elda Lastra
Exposición permanente "La cruz y la piedra. Primeros pasos de los agustinos en la Nueva España" / Foto Elda Lastra

Destacan una escultura policromada de San Agustín de Hipona del siglo XVII, que se encuentra al inicio del recorrido, el óleo titulado "El patronazgo de la Virgen, con los santos fundadores de las órdenes mendicantes", un Cristo de caña de maíz, pinturas de San Francisco de Asís y Santo Domingo, y una serie de retratos de frailes agustinos.

La idea partió de una muestra presentada en 2017, a iniciativa de la directora y de la museógrafa del Centro Comunitario Culhuacán, Carmen Mendoza Aburto y Ana Bedolla Giles (1953-2025), que ahondó en el papel de los conventos virreinales, en particular los agustinos, como centros religiosos, educativos y culturales


explica el Instituto Nacional de Antropología (INAH) en uno de los sus comunicados.

La construcción del convento de San Agustín de Acolman inició en 1539, su pintura mural es de las primeras realizadas en la Nueva España y se considera que aquí surgieron las tradicionales posadas.

El arte se enseñó mediante textos europeos y el teatro ayudó al propósito evangelizador, al grado que aquí se atribuye el origen de las posadas, debido a que, en 1587, el prior fray Diego de Soria obtuvo del Papa Sixto V, la bula de autorización para celebrar misas de aguinaldo o cantadas, oficiadas del 16 al 24 de diciembre


dice el comunicado

En la época virreinal, este espacio funcionaba como convento rural agustino, cabecera de doctrina y centro educativo, donde los novicios aprendían lenguas indígenas, teología, predicación y gramática, con 16 alumnos en 1570, matrícula que aumentó a 25 en el siglo XVII.

Por su vocación doctrinal, conocimiento de la historia y de lenguas indígenas, esta orden tuvo un papel relevante en la edificación de monasterios y templos, elementos nodales de su labor evangelizadora


indica Elena González, directora del museo

La construcción del convento de San Agustín de Acolman inició en 1539 / Foto Elda Lastra
La construcción del convento de San Agustín de Acolman inició en 1539 / Foto Elda Lastra

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Los primeros conjuntos conventuales que construyeron los agustinos en la Nueva España fueron en Ocuituco, Totolapan, Yecapixtla y Zacualpan de Amilpas, en el actual estado de Morelos; Mixquic en la Ciudad de México; Tiripetío y Tacámbaro en Michoacán, y Metztitlán, Actopan e Ixmiquilpan en Hidalgo. En 1570, existían 273 construcciones de este tipo y 85 pertenecían a los agustinos.

En la actualidad, algunos de estos ex conventos se encuentran abiertos para visitar, como o centros culturales, es el caso del Museo Virreinal de Acolman. Ocuituco, Totolapan, Yecapixtla y Zacualpan de Amilpas forman parte de los Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatepetl, conjunto inscrito desde 1994 en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

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