Turismo y diversión

Piñatas artesanales en San Marcos, una tradición que se fortalece año con año

Desde hace más de 30 años, esta pequeña población encontró en la fabricación de piñatas una forma de ganarse la vida y generar derrama económica

Los piñateros del pueblo de San Marcos se preparan para la demanda de la próxima temporada. Foto: Michelle Sánchez.
27/10/2024 |13:39
María Michelle Sánchez
ReporteraVer perfil

San Bartolo Morelos, Méx. Con la temporada de posadas a la vuelta de la esquina, los piñateros del pueblo de San Marcos, en el municipio de San Bartolo Morelos, trabajan a marchas forzadas para cumplir con la alta demanda de piñatas, hechas de manera artesanal, donde su principal materia prima es el papel reciclado.

En esta comunidad, ubicada a unos metros de la carretera Atlacomulco-Chapa de Mota, desde hace más de 30 años, sus habitantes encontraron en la fabricación de piñatas una forma de ganarse la vida y elevar la actividad económica de la región, ya que después de muchas técnicas y el gusto de cada familia, este sitio ya es reconocido por su tradición en la fabricación de piñatas.

Lee también

Newsletter
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

“Cada año, tratamos de innovar, tenemos las piñatas tradicionales de las posadas, que es en lo que estamos trabajando actualmente, pero todo el año tenemos dibujos animados o lo que nos pidan. Ahorita la demanda sí crece mucho, andamos sacando más de los 10 millares y somos pocos trabajando, por eso nos ven aquí todo el día”, señaló el señor Felipe, mejor conocido como “Felipe Piñatas”.

A lo largo del año, los talleres familiares mantienen su producción constante, pero es en estos meses previos a las fiestas cuando el ritmo se intensifica, llegando a fabricar hasta 10 mil piñatas para distribuir en el Estado de México y otras regiones del país. Se estima, que, en esta comunidad, hay al menos 70 talleres activos.

Desde hace más de 30 años, los habitantes de San Marcos se dedican a fabricar piñatas. Foto: Michelle Sánchez.

A diferencia de las producciones industriales, las piñatas de San Marcos conservan su esencia artesanal. Cada figura, desde las tradicionales estrellas hasta las más modernas adaptaciones de personajes infantiles, pasa por varias manos dentro de las familias.

Padres, hijos, nueras y hasta nietos colaboran en las diferentes etapas del proceso: desde la formación de los picos, el pintado, el enconado, hasta el detallado y decoración final.

La falta de personas interesadas en dedicarse a este oficio ha hecho que la responsabilidad recaiga enteramente en las familias, donde todos deben contribuir para sacar adelante la producción y conservar la tradición.

Hay al menos 70 talleres activos en San Marcos para fabricar piñatas. Foto: Michelle Sánchez.

“Nosotros aquí en el taller somos toda la familia y ahorita sí ya llevamos prisa, que estamos sacando los pedidos, que sí son muy grandes. Este taller, aquí no tenemos un nombre como tal, pero llevamos ya algunos años. De hecho, mi esposo fue quien puso esta piñata como monumento, en honor a todos los que nos dedicamos a hacer las piñatas aquí en el municipio. Todavía no lo termina, pero esperemos que ya en diciembre lo haga”, señaló la señora Felicitas Pérez Velásquez, esposa del señor Bruno Martínez.

Los precios de las piñatas varían entre los 25 y los 90 pesos, dependiendo del tamaño y la complejidad del diseño.

Lee también

Además, algunos productores reciben grandes pedidos de lugares tan lejanos como Puebla y Ciudad de México, lo que permite que las piñatas de San Marcos ganen reconocimiento fuera de su región.

El pueblo entero se involucra en la producción durante esta época del año, y en honor a esta tradición, la familia Bruno Martínez, una de las más conocidas en la elaboración de piñatas, colocó un monumento en la avenida principal del pueblo.

En San Marcos, se producen alrededor de 10 mil piñatas para distribuir en el Edomex. Foto: Michelle Sánchez.

Esta obra sirve como un recordatorio del oficio que define la identidad de San Marcos y como una invitación a quienes visitan la región para que conozcan la calidad y el esmero detrás de cada piñata.

A pesar de llevar poco tiempo en el mercado, en comparación con otros talleres, el trabajo de la familia Bruno Martínez ha logrado destacarse.

Su dedicación y horas de trabajo demuestran sus habilidades y hoy, al igual que muchos, son líderes en el mercado.

Estas personas señalan que, a pesar de la alta demanda, en San Marcos, siempre habrá una piñata para celebrar.

Síguenos en nuestras redes sociales:

Instagram: , Facebook: y X: .