Toluca, Méx. - En el marco del 60 aniversario de Ciudad Universitaria, la (UAEMéx) restauró el mural “Aratmósfera”, obra del maestro Leopoldo Flores en el Estadio Universitario ‘Alberto Chivo Córdoba’.

Por años, esta obra ha sido considerada patrimonio de la entidad mexiquense, siendo una de las pocas manifestaciones de land art en el estado.

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El proyecto surgió durante una reunión entre Leopoldo Flores, Héctor Sumano Magadán y Marco Tourlay Avilés, con la intención de preservar la tradición insurgente y defender al pueblo. Arte Atmosférico se convirtió en una innovación dentro del muralismo mexicano.

El proyecto surgió durante una reunión entre Leopoldo Flores, Héctor Sumano Magadán y Marco Tourlay Avilés / Foto Alejandro Vargas
El proyecto surgió durante una reunión entre Leopoldo Flores, Héctor Sumano Magadán y Marco Tourlay Avilés / Foto Alejandro Vargas

Si bien ya existían técnicas de pintura mural, ninguna integraba los elementos monumentales de los mexicas y náhuatls como lo hace esta obra, consolidando una propuesta innovadora que transformó la pintura plástica en México.

Héctor Sumano relató el origen de esta pieza cultural:

En esa época, toda innovación generaba debates. Por ejemplo, los arquitectos criticaban que Arte Atmosférico no respetara las reglas tradicionales. Sin embargo, fue un parteaguas en Toluca, promoviendo el arte entre estudiantes y jóvenes artistas


“Aratmósfera” continúa la tradición de grandes muralistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Su realización comenzó en 1973 con la aprobación del H. Consejo , presidido por Jesús Barrera Legorreta. La iniciativa fue impulsada por Leopoldo Flores y Salomón Vázquez Varela desde el Taller Libre de Artes Plásticas, dependiente de la Dirección de Difusión Cultural.

A diferencia de otras obras, “Aratmósfera” no está supeditada a la arquitectura, sino que se integra al medio ambiente. Las estaciones del año, la luz y las formas naturales del terreno transforman continuamente su aspecto. Inspirada en el Hueso Sacro de Tequixquiac, la obra propone un arte accesible y cercano al entorno social.

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A lo largo de los años, el impacto de “Aratmósfera” inspiró a otros artistas locales / Foto Alejandro Vargas
A lo largo de los años, el impacto de “Aratmósfera” inspiró a otros artistas locales / Foto Alejandro Vargas

En 1974, con el respaldo de sindicatos y asociaciones, se iniciaron los trabajos de limpieza y pintura en el Cerro de Coatepec, lugar sagrado en la época prehispánica. La participación comunitaria fue clave, desde bomberos hasta organizaciones estudiantiles y gremiales.

La pieza simboliza la liberación de los Matlatzincas, los “hombres de las redes”. En su diseño, destacan un sol con una hoz y un martillo, además de figuras que representan luz y serpientes, en referencia al significado del cerro como “lugar de las serpientes”.

A lo largo de los años, el impacto de “Aratmósfera” inspiró a otros artistas locales, como Benito Bernáldez Giles y José Luis Franco Arias, quienes expandieron el arte mural en Toluca y el Estado de México.

A pesar de su trascendencia, la obra ha sufrido cambios y descuidos que afectan su diseño original. Sin embargo, “Aratmósfera” sigue siendo un llamado a la conciencia social y un testimonio del arte colectivo, con una vigencia que trasciende décadas.

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