Metepec, Méx. — En medio de una época marcada por la violencia, la corrupción y el alejamiento de la espiritualidad, en Metepec permanece la tradicional representación del Viacrucis, con la que la comunidad parroquial no sólo busca rememorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, sino también tender un puente entre la fe y una población cada vez más distante de las prácticas religiosas.
Así lo afirmó Abraham Ambrosio Rodríguez, coordinador del grupo parroquial Semana Santa de Metepec, quien añadió que actualmente se vive una crisis de fe y valores que ha derivado en una sociedad que enfrenta grandes retos y problemáticas.
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Hay personas que ya no se saben persignar, que no bautizan a sus hijos, no los llevan al catecismo ni se casan por la Iglesia. Se ha perdido el verdadero significado de la Semana Santa
mencionó Abraham.
Para Ambrosio, el Viacrucis no es sólo una puesta en escena, es una herramienta para sembrar la reflexión y revivir valores como el respeto, la humildad, el amor al prójimo y la unión familiar.
Tenemos que recapacitar, voltear a ver nuestro entorno y preguntarnos qué queremos para la sociedad y para nosotros mismos. Recordar la vida, pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo
añadió
Detrás de escena: un año de preparación espiritual y logística
La organización del Viacrucis, inició desde mayo del año anterior. Se selecciona a los participantes, quienes pasan por un proceso de casting, cuestionarios, ensayos y dinámicas para recaudar fondos.
La preparación incluye desde rifas y ventas para financiar la escenografía y vestuario, hasta jornadas de oración y encuentros comunitarios
relató el coordinador
Después de un año de trabajo, el Viernes Santo comienza a las 6:00 horas quienes representan a los ladrones llevan las cruces al cerro; a las 9, el equipo técnico instala la utilería y verifica el audio; a las 11, los participantes se reúnen para una oración comunitaria, y a las 12 en punto inicia la representación.
Ambrosio Rodríguez explicó que el recorrido sigue cada uno de los pasos bíblicos. Jesús es llevado ante Anás y Caifás, juzgado por Pilato y enviado a Herodes. Tras ser regresado, Pilato, presionado por el pueblo, se lava las manos y entrega a Jesús para su crucifixión.
Durante el camino al Calvario, el público presencia las tres caídas, el encuentro con su madre, la Verónica limpiando su rostro y la ayuda del cirineo. También se representa el ahorcamiento de Judas y el momento de las Siete Palabras, culminando con la entrega del cuerpo de Jesús a María.
El día continúa con la Procesión del Silencio, una ceremonia que invita a la contemplación y al recogimiento. Al día siguiente, el sábado, se desmonta la escenografía y se celebra un momento especial: la primera representación de la Resurrección, a la que este año se ha invitado especialmente a toda la comunidad.
Finalmente, dijo, el Domingo de Pascua marca el cierre de la Semana Santa con una procesión llena de alegría, el simbólico encuentro de Jesús con su madre, la Santa Misa y una convivencia entre los participantes.
No es un trabajo, es un servicio
Para Abraham Ambrosio, este esfuerzo no es un simple montaje.
Muchos dicen que es un trabajo, pero yo siempre les respondo: esto es un servicio, un servicio a la comunidad. Somos instrumentos de nuestro Señor
explicó Abraham
El Viacrucis en Metepec no es sólo una tradición. Es un llamado urgente a reconectar con lo espiritual, en tiempos donde la fe parece diluirse entre las prisas, los conflictos y las distracciones del mundo moderno.
El joven Cristo de Metepec cree más en el mensaje que en el papel
Axel Domínguez González se preparó casi un año para representar a Jesús en el tradicional Viacrucis. Con 22 años, fue seleccionado y desde entonces ha enfrentado retos físicos, emocionales y espirituales.
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Esto no es una obra de teatro, es un acto de amor, una forma de mostrar lo que Jesús hizo por nosotros. No se trata de que la gente me vea a mí, sino que lo vean a Él
comentó Alex
En el camino, enfrentó incomprensión y críticas, pero ha sido un proceso lleno de aprendizaje que lo ha ayudado a ser una mejor persona.
A unos días del Viacrucis, no hay nervios, porque lo difícil ha sido el camino, no la escenificación. Entender el dolor, el rechazo y el sacrificio fue lo más fuerte, pero también lo más enriquecedor.
Jesús es el camino. Tal vez no tenga mucho en lo material, pero mi corazón y mi espíritu están más fuertes que nunca” finalizó Axel.
finalizó Axel
Y así, sin pretensiones, se alista para encarnar a Cristo, no sólo en escena, sino en su vida diaria.
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