Naucalpan, Méx. El confinamiento metropolitano que opera la empresa BioMerik, en el ejido de San Mateo Nopala, que todos los días recibe más de 2 mil toneladas de basura de la Ciudad de México y de Naucalpan, además de que ha registrado deslaves en sus montañas de desperdicios, sigue arrojando lixiviados -es decir líquidos que se generan en los vertederos y que se originan por la combinación de agua de lluvia con residuos sólidos en descomposición- a comunidades y ríos aledaños, señalaron vecinos de Rincón Verde.

Pese a oficios de denuncia interpuestos por vecinos a principios del mes de septiembre ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y a la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (PROPAEM), donde señalaron el incumplimiento a la Norma Oficial Mexicana NOM-083-SEMARNAT-2003 en este confinamiento de basura metropolitano, han pasado varias semanas y no hay respuesta, señalaron habitantes de Rincón Verde.

Los camiones llevan la basura al basurero de Naucalpan. Foto Yaretzi Osnaya
Los camiones llevan la basura al basurero de Naucalpan. Foto Yaretzi Osnaya

A mediados de septiembre un biólogo y un ingeniero de la PROFEPA recorrieron lo que fue el relleno sanitario que hoy es un tiradero al aire libre, donde pudieron documentar la enorme montaña de basura expuesta de más de 30 metros de altura y el escurrimiento de lixiviados; sin embargo, se abstuvieron de realizar comentarios a los vecinos.

“Han pasado los días y las semanas y vemos con preocupación el ecocidio que genera este confinamiento, que además de contaminar los mantos acuíferos por los lixiviados que escurren sin control, sigue acumulando basura expuesta al aire libre en una gigantesca montaña”, lamentaron habitantes de San Mateo Nopala y de Rincón Verde.

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La peste que emana de los lixiviados, que son jugos tóxicos que generan los desperdicios, se suma a los olores nauseabundos de basura expuesta, además de la fauna nociva como moscas, cucarachas y ratas, señalaron vecinos que viven en el entorno del confinamiento metropolitano, al que todos los días llegan al menos decenas de tráileres de la CDMX, tal como lo documentó EL UNIVERSAL Estado de México en recorridos por la zona.

Más de 30 metros tiene la altura del ‘cerro’ de basura del tiradero a cielo abierto en Valle Verde. Foto Yaretzi Osnaya
Más de 30 metros tiene la altura del ‘cerro’ de basura del tiradero a cielo abierto en Valle Verde. Foto Yaretzi Osnaya

Además, este diario solicitó información a la Secretaría de Medio Ambiente mexiquense y a la PROPAEM sobre los procedimientos de inspección a este confinamiento, sin que haya respuesta.

Cabe recordar que el relleno sanitario de Rincón Verde en el ejido de San Mateo Nopala fue autorizado por el ayuntamiento de Naucalpan y ratificado por el Congreso mexiquense en 2005, en el primer periodo de la alcaldesa Angélica Moya Marín, por un periodo de 20 años, el cual vence el próximo año.

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