Chalco, Méx. Al cumplirse dos meses de que inició la contingencia en Chalco, al colapsar el sistema hidráulico que provocó inundaciones en varias colonias y afectó a cientos de viviendas, hay un avance entre el 85 al 90 por ciento en las acciones que llevan a cabo las autoridades de los tres niveles de gobierno, dijo Adrián Hernández Romero, coordinador de Protección Civil del Estado de México.
“El tema de la contingencia ya está, la contingencia ya está terminada como tal desde hace algunos días. Desde el momento que ya no hay agua, se volvió a generar porque se metió agua a algunas viviendas, que fueron menos las viviendas, pero la contingencia ya tiene como dos semanas que terminó. Nosotros no nos hemos retirado por instrucciones de la gobernadora Delfina Gómez Álvarez de estar ahí pendientes de la población, pero algún riesgo para la población ya no lo tenemos”, comentó.
Las lluvias del fin de semana pasado incrementaron el nivel del agua en la llamada Zona Cero de Culturas de México, que es la parte más baja del territorio, donde se anegó y se introdujo en algunas casas en las que los vecinos ya habían hecho limpieza, varios con la idea de regresar a habitarla, pero ya no lo pudieron hacer.
Este miércoles se observaron en ese punto a elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y de la Guardia Nacional sacando el lodo concentrado en la calle Chalchiuhtlicue, que se acumuló desde el viernes pasado.
Uno de los dos cárcamos emergentes que se construyen en la zona para desalojar las aguas residuales acumuladas en las últimas semanas, aunque está en etapa de pruebas, ya funciona, por lo que el personal que lo opera ya extrajo el líquido que se generó por las lluvias del pasado fin de semana, lo que bajó el nivel en calles y en algunas viviendas donde había penetrado.
Ese cárcamo ya fue concluido, por eso lo prueban para ver cómo funciona. El otro cárcamo, el de la colonia Jacalones, se espera que esté terminado y también lo pongan en marcha para desalojar el agua que está en la calle 2 de Marzo, en la zona de Los Muelles, llamada así por los vecinos porque hay un negocio que se dedica a esa actividad.
Cuando las dos obras hidráulicas funcionen de manera simultánea ya podrán sacar de esa área de Chalco el agua que se genere durante una fuerte lluvia y empujarlo hacia la parte del antiguo Colector Solidaridad y después enviarlo a la planta de bombeo PB12 de Tlapacoya, con lo que se espera que no se vuelvan a inundar las familias que viven en esa zona, mientras se concluye el nuevo Colector Solidaridad, programado para finales de noviembre.
Las autoridades planean entregar los paquetes de muebles y otros enseres electrodomésticos en cuanto se haya extraído por completo el agua, retirado el lodo, así como se concluyan las labores de limpieza y desinfección en la vía pública.
Aunque los damnificados se quejan de que las labores de los tres niveles de gobierno se hayan tardado más tiempo del que pensaban y de que hasta el momento a muchos de los vecinos afectados no les dieron la ayuda ofrecida.
“Dos meses de estar viviendo con el agua y con el Jesús en la casa porque sí son aguas que nos afectan, estamos en la mera cuneta, los primeros que recibimos las inundaciones y los últimos que nos quedamos con el agua y ahorita sí, con el supuesto censo que hicieron, salieron beneficiados los de las orillas que no sufrieron pérdidas, ni siquiera sufrieron dentro de la porquería y que los que en verdad estamos dentro de la porquería no nos hayan llegado a todos un censo”, denunció Patricia Torres, habitante de la calle Mexicas, en Culturas de México.
“Cómo nos vamos a sentir, pues desesperados, todo lo que perdimos, lo mismo que mi cuñada, censaron y todo, pero no a todos les dieron, entonces pues no se vale porque aquí fue la mera inundación, todo lo que perdimos, gente que no perdió nada y recibió apoyo, es como yo les dije: ahí se ve que no hicieron bien su trabajo porque tuvieron que pasar casa por casa para ver si en realidad eran perjudicados o no”, contó Rosa García, otra de las vecinas de esa misma calle.
Otros residentes tienen sentimientos encontrados, que van del coraje a la desilusión porque muchos de ellos advirtieron a las autoridades locales desde hace varios años que iba a ocurrir una gran inundación si no hacían obras hidráulicas para evitarlo y no les hicieron caso.
Vivir dos meses en condiciones infrahumanas les hicieron perder la confianza en los gobernantes porque creen que después de la peor tragedia que sufrieron en lo que va del actual siglo en esa parte de municipio, actuaron mal y tardíamente, porque no saben cuándo normalizarán su vida.
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