Cuautitlán Izcalli, Mex. - “La vida es para gozarla, para vivirla. Venimos para hacerles saber que aún los recordamos y que viven en nuestros corazones y allá fuera nosotros tenemos que seguir echándole con todo a la vida, algún día estaremos con ellos”, dijo Samantha Ordóñez mientras remozaba la tumba de su madre en el de San Juan Atlamica.

Al lugar han llegado cientos de familias con flores de y con herramientas para remozar los espacios en el campo santo donde descansa sus seres queridos, desde corte de pasto y sembrar rollos nuevos, hasta pintura y reparaciones en las cruces metálicas que dan cuenta del nombre de la persona que ahí recibió la sepultura.

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En el panteón hay un ambiente de fiesta / Arturo Contreras
En el panteón hay un ambiente de fiesta / Arturo Contreras

En el caso de la familia Nava pintaron la capilla que pusieron en honor a su abuela Francisca, recordándola como una mujer alegre, estricta, pero de buen corazón de quien aseguran no olvidar sus enseñanzas.

Se trata de que se vea bonito porque aquí descansan. Es una tradición muy linda la que vivimos los mexicanos porque de verdad que muchos creemos que hay una vida después de la muerte terrenal. Cada quien a su estilo y posibilidades y lo importante es la unión que pueda existir como familias


Silvia Nava

Los cientos de personas que llegan al panteón de San Juan Atlamica deben pagar 10 pesos por persona adulta para poder ingresar, como parte de una cooperación voluntaria para la Delegación del Pueblo y una vez dentro, se escucha un ambiente de fiesta, pues desde bocinas portátiles o en el teléfono celular reproducen música y comienzan a limpiar.

Al salir del panteón las familias pueden degustar antojitos mexicanos / Foto Arturo Contreras
Al salir del panteón las familias pueden degustar antojitos mexicanos / Foto Arturo Contreras

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Además, colocan artículos que les gustaban a sus fieles difuntos, tanto en el aspecto de bebidas o de cosas como carros, collares, la música o elementos de sus equipos de fútbol favoritos; aunado a uno de los elementos principales de la festividad como la flor de cempasúchil para guiar el camino de esos seres que se adelantaron en el camino y puedan visitarles en las ofrendas que montaron en sus hogares.

También se convierte en una especie de reunión familiar, juntándose hermanos, nietos, sobrinos y más, para no solo limpiar el espacio del eterno descanso sino también platicar y ponerse al día, como el caso de la familia Sánchez, mismos que acordaron de verse hoy para honrar la memoria de su abuelo, don Tomás.

Además, al interior del panteón se habilitó un espacio en el que se ofrecen diversos productos para que, después de reunirse con sus seres queridos ya fallecidos, puedan degustar tacos, pambazos, sopes, así como de bebidas como cervezas, azulitos, piñas coladas, cantaritos, refrescos y más.

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