Tlalnepantla, Méx. Hoy se cumplen 40 años del estallido en la planta de almacenamiento y distribución de gas licuado de Pemex ubicada en San Juan Ixhuatepec, municipio de . El accidente provocó la muerte de 500 personas, un aproximado de 2 mil heridos y daños en un área de hasta un kilómetro a la redonda.

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A cuatro décadas de distancia, el comandante Rubén Vega González, de 70 años, narra a EL UNIVERSAL Estado de México su experiencia al combatir ese incendio. Inició su servicio en Naucalpan y de ahí fue avanzando hasta su jubilación. Lideró uno de los turnos en la estación de de Cuautitlán que, pese a estar lejos, se le solicitó el apoyo y cada momento lo recuerda.

Rubén Vega González, de 70 años, compartió su experiencia al combatir ese incendio. Foto Axel Sánchez/ EL UNIVERSAL
Rubén Vega González, de 70 años, compartió su experiencia al combatir ese incendio. Foto Axel Sánchez/ EL UNIVERSAL

“Eran poco más de las 7 de la mañana, ya iba a salir de turno. Yo recuerdo que nos encontrábamos haciendo “talacha”, así le decimos a la limpieza de las unidades y de las instalaciones y el acomodo de los equipos para entregar al turno entrante”.

“De repente escuché un “bum”, pero muy lejano y volteo y se alcanzaba a ver cierta iluminación, no le tomamos gran importancia y seguimos en lo nuestro”.

Cabe destacar que la estación de bomberos y el punto de la explosión se encuentran a aproximadamente 25 kilómetros del punto cero de la explosión.

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“Poco después sonaron las alarmas solicitando el apoyo, sonó la chicharra y nos subimos al camioncito. Ya íbamos avanzando y se comenzaba a ver gente en todos lados y las unidades de la policía abriéndonos paso”.

En cuanto llegaron a la zona, los servicios de policía solo dijeron “Ahí para adentro, eh”.

“Ese día, continúa su relato Rubén Vega, yo no sabía ni qué pasaba, ni a que íbamos, en ese tiempo los camiones no son como ahorita que los elementos van sentados y cómodos para llegar a la emergencia, en ese tiempo íbamos colgados del camión, agarrados de tubos”.

El excomandante Vega relata que conforme caminaban, se veían pedazos de tubos clavados en el suelo. Foto Axel Sánchez/ EL UNIVERSAL
El excomandante Vega relata que conforme caminaban, se veían pedazos de tubos clavados en el suelo. Foto Axel Sánchez/ EL UNIVERSAL

En ese entonces, no había “chaquetones” como los que ahora portan los cuerpos de bomberos, eran impermeables que solo cubrían del agua junto con un casco de metal.

Al ingresar a la zona, los impermeables comenzaron a adherirse al cuerpo debido a las altas temperaturas.

Recuerdo que cuando llegamos, el sonido del fuego era impresionante… Era impresionante el sonido del fuego al salir por las esferas y aún no llegábamos a ellas. La distancia entre la entrada a la zona de riesgo, donde estaban las esferas, era de aproximadamente un kilómetro".


El excomandante Vega relata que conforme caminaban, se veían pedazos de tubos clavados en el suelo, debido a que, por la explosión, salieron volando, había tanques, y camiones quemados.

Todos los bomberos de la tropa que lideraba el comandante Rubén Vega, que eran aproximadamente ocho elementos, se abrían paso y cuando ingresaron a la planta encontraron cuerpos por todos lados. Sin embargo, comenzaron a avanzar hasta el lugar de las esferas que se incendiaron y a su paso fueron apagando una a una las pipas que aún estaban incendiándose; al llegar a las esferas se les presentó una dificultad ya que en ese tiempo se trabajaba con un equipo de mangueras que eran de aproximadamente dos pulgadas de diámetro.

“Los únicos con vida adentro éramos los bomberos y elementos de la Cruz Roja. Teníamos que enfriar la parte superior, ya que es la parte de gasificación y es la más susceptible a que se deforme por el calor y ahí se absorbía la temperatura, lo de arriba era lo peligroso”, comenta.

Rubén Vega González recordó que la explosión provocó la muerte de 500 personas y un aproximado de dos mil heridos. Foto Axel Sánchez/ EL UNIVERSAL
Rubén Vega González recordó que la explosión provocó la muerte de 500 personas y un aproximado de dos mil heridos. Foto Axel Sánchez/ EL UNIVERSAL

Al lugar acudieron bomberos del Distrito Federal y todos los elementos de bomberos apoyaron hasta que, en un momento, gritaron: “se movió la esfera, se va a caer; corriéramos a dónde corriéramos nos iba a alcanzar, así que nos dedicamos a trabajar”, esto esperando a que una de las esferas no explotara.

Las labores de enfriamiento y sofocación del fuego duraron aproximadamente un día; al término se les dio paso a los servicios periciales para el reconocimiento y levantamiento de todos los cuerpos, junto con las investigaciones para determinar las causas y el conteo de los daños.

Pese a las circunstancias complicadas para laborar la zona, los elementos de bomberos hicieron todo lo que estuvo en sus manos para minimizar los daños y evitar una explosión más grande.

En este trabajo si no tienes la debida preparación y visión no sabes si vas a regresar. Teníamos miedo, es mentira aquel que te dice que no tiene miedo, el miedo es el que te ayuda a estar alerta".


El excomandante Rubén Vega se encuentra retirado hace dos años y aunque comenta que extraña estar con sus compañeros aprendiendo y enseñando, aún acude a los entrenamientos para capacitar a los , y a pesar de su experiencia comenta que sigue aprendiendo.

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