Huixquilucan, Méx. “¡La peste es insoportable, incluso dentro de la iglesia!” manifestaron vecinos del exclusivo fraccionamiento de La Herradura. Llevan más de dos semanas denunciando una emergencia sanitaria que afecta la salud de más de 3,000 habitantes.
Las autoridades de Huixquilucan indicaron que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) es la encargada del desazolve y tratamiento de la presa El Capulín. Sin embargo, el Sistema de Aguas de este municipio trabaja en coordinación con la federación para desarrollar un plan de saneamiento de la cuenca a largo plazo. Hasta el momento, se ha invertido un millón de pesos en esta tarea.
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Además de la retirada de toneladas de basura en los últimos años, Huixquilucan ha aplicado sulfato de cobre en el cauce con el fin de mitigar el olor de las aguas. Esta medida se ha alternado con la aplicación de bacterias, contratadas a una empresa especializada para estos trabajos.
No obstante, hay días en los que los olores fétidos empeoran. El domingo 12 de enero, los colonos de La Herradura expresaron repetidamente que “¡amanecimos con la presa El Capulín oliendo asqueroso!” e hicieron un llamado urgente a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) y al Sistema de Aguas de Huixquilucan para que tomen acciones inmediatas.
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Vecinos de calles como Real del Monte, Monasterios, Río Frío y Conquistador, entre otras, denunciaron nuevamente las molestias causadas por el mal olor que emanó de la presa durante este domingo. La causa de esta contaminación radica en que, a lo largo de más de seis kilómetros del río que desemboca en El Capulín, la cuenca recibe “lodos fecales” y drenajes de miles de casas de desarrollos habitacionales de Huixquilucan y una menor proporción de Cuajimalpa, según lo señalaron dirigentes de la Asociación de Colonos de La Herradura.
Estos drenajes deben ser captados por un tubo colector, no vertidos al río, por lo que no deberían llegar a la presa El Capulín, que se ha convertido en una cloaca a cielo abierto. “No se trata solo de malos olores, sino de un grave riesgo para la salud pública”, apuntaron los dirigentes vecinales. Estas aguas negras contienen bacterias, virus y otros patógenos que pueden afectar la salud de las personas y el medio ambiente. Ante esta situación, los vecinos promovieron un amparo para que Conagua, CAEM y el Sistema de Aguas de Huixquilucan tomen medidas urgentes para el saneamiento de la presa El Capulín.
A pesar de las medidas paliativas como el uso de químicos y bacterias para neutralizar los olores, y el dragado del vaso regulador, la solución de fondo es clara. Es necesaria la conexión de los drenajes a un colector para evitar que los desechos de los baños se arrojen al río, insistieron los vecinos.
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