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Nezahualcóyotl, Méx. Los más de 3 mil 60 kilómetros de distancia que hay entre República Dominicana y Ciudad Nezahualcóyotl se hacen más extensos para Francis, quien quisiera estar con toda su familia para festejar esta Nochebuena y Navidad.
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Es un poquito difícil, no lo voy a negar, es un poquito difícil porque no estamos con toda nuestra familia, pero hay que tratar de olvidar eso un poquito para disfrutar porque no podemos pensar, ya decidimos emigrar y hay que tirar palante, echar palante
Francis
Aunque llegó a México hace tres meses con su esposa y sus dos hijos, extraña a sus otros seres queridos, sobre todo en estas celebraciones de fin de año.
La decisión de emigrar fue fácil para ellos, pero en su estancia en México se enfrentó a la delincuencia organizada.
En Tapachula, Francis, su esposa, quien está embarazada, así como sus dos hijos, fueron secuestrados por una banda que opera en esa entidad del país, la cual les exigió a sus familiares en Santo Domingo una fuerte cantidad de dinero para liberarlos.
La madre de Francis tuvo que vender su casa de inmediato para depositar la cantidad demandada por los plagiarios. Sólo de esa forma obtuvieron su libertad los dominicanos.
Hace unas semanas Francis arribó a Ciudad Neza donde se estableció de manera temporal con su familia, a la espera de que tengan su cita en el consulado americano y les otorguen un permiso para viajar a Nueva York, a donde buscan llegar para darle un giro a su vida.
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Mientras eso ocurre, el caribeño de 42 años trabaja en un puesto de verduras del mercado Nezahualcóyotl, ubicado en la colonia Metropolitana Tercera Sección, uno de los más grandes del segundo municipio más poblado del Estado de México.
Ahí le pagan lo necesario para que puedan pagar la renta y comprar comida para los cuatro.
En ese sitio conoció a Dairon, un joven cubano, de 27 años de edad, quien también salió de La Isla hace cuatro meses para mejorar su estilo de vida.
Llegó solo a territorio mexicano, pero en la Tierra del Coyote en Ayuno conoció a otros paisanos con los que habita en una vivienda y se comparten los gastos de manutención.
Esta noche compramos un pavo, queremos asarlo, una comida, un pedazo de carne asada. (Lo voy a hacer) con las personas que viven en mi casa. Somos cubanos, en total somos cinco y en la parte de arriba hay cuatro más, todos cubanos. En la noche nos reunimos hacemos una cena y la pasamos en familia, no como tal en familia, pero igual en familia porque vivimos juntos
Dairon
Dairon también extraña a toda la familia en Cuba, festejar con ellos esta noche y mañana la Navidad.
No es lo mismo aquí que allá, el cubano es muy fiestero, se divierte mucho, donde quiera que hay una fiesta el cubano sale, se divierte, aquí no, hay que echarle ganas a chambear y a echarle dinerito
Dairon
Aunque quiere estar con sus seres queridos, el muchacho caribeño se adapta a México, le gusta el país, la gente, la cultura y tradiciones, por lo que quiere radicar aquí de manera permanente para después traer a su papá, su mamá, hermana y regresar a Cuba para visitar a sus abuelos, tíos y primos.
Francis y Dairon acomodan las cajas de jitomates y las limpian, así como las cebollas y limones, para que sus otros compañeros del local las puedan despechar a los clientes que acudieron este martes al mercado a comprar lo necesario para su cena navideña.
Por lo pronto, el dominicano y el cubano les desean ¡Feliz Navidad! A nuestros lectores de El Universal.
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