Atizapán de Zaragoza, Méx. Como un esqueleto calcinado, permanece la caseta de cobro de la autopista en las inmediaciones de

“La tragedia pudo ser mayor”, en esta caseta había más de seis trabajadores, entre cobradores y vigilantes, quienes al ver la volcadura de la pipa salieron corriendo para salvar su vida.

En el sitio se derramaron 34,500 litros de gasolina, la cual llegó al drenaje pluvial que provocó dos detonaciones, informó el comandante Héctor Elorriaga Mejía, titular de la Coordinación de Protección Civil, Bomberos y Medio Ambiente, quienes atendieron el siniestro que fue visible en varios kilómetros a la redunda y cuyas explosiones cimbraron esta región del Norponiente del Valle de México, el jueves 28 de noviembre.

Afortunadamente en el momento del siniestro en la caseta no había autos, ni vehículos pagando el peaje de salida para ingresar a Zona Esmeralda, de lo contrario hubiera habido más víctimas, indicaron trabajadores de Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) entrevistados por .

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La inspección la realizan en los 3 módulos de cobro que tenía CAPUFE / Foto Arturo Contreras
La inspección la realizan en los 3 módulos de cobro que tenía CAPUFE / Foto Arturo Contreras

A ocho días de la volcadura y explosiones la caseta de cobro permanece destruida, como zona de guerra, sin operar, custodiada por personal de la Guardia Nacional que vigilan que nadie se acerque al sitio, donde hay riesgo de derrumbe.

En tanto CAPUFE habilitó una caseta de cobro provisional en la salida de Zona Esmeralda de Norte a Sur, donde en horas pico se acumulan decenas y decenas de autos y camiones, generando un cuello de botella.

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