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Toluca, Méx. Las mujeres policías representan alrededor del 20% del estado de fuerza del país, y aun cuando son minoría en un trabajo erróneamente diseñado por y para hombres, han sabido abrir brecha en las diferentes corporaciones.

Tal es el caso de Sara Juárez Rebollo, Policía de Tránsito de la dirección de Seguridad Pública de Toluca, quien desde muy niña soñó en portar ese uniforme con la estrella en el pecho, que la distingue entre todas las personas.
Bueno, yo llego en el 2013 a incorporarme a las filas de Tránsito, no sin antes hacer una academia. Entré un 15 de junio, posteriormente el primero de diciembre del 2014 ingreso a las filas de tránsito de la policía de Toluca”.
Sara Juárez Rebollo
Pero su sueño quedó pausado por petición de su madre, quien ante el miedo de perder a su hija en manos de la delincuencia, le pidió no enfilarse en la Policía de Tránsito.
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“Es y ha sido mi gran sueño que estoy cumpliendo. Desgraciadamente cuando salí de la secundaria le pedí a mi mamá que me dejara ser policía, pero me dijo que no. En 2013 fallece mi mamá, pero antes de eso tuvimos una plática y nos preguntaba a cada uno de mis hermanos qué nos había hecho falta. Entonces yo le decía que me hubiera gustado que me dejara ser policía a lo cual me dice, ¿sabes por qué no te dejé ser policía? Enseguida me dice que por todo el amor que me tenía, ya que no me quería exponer por ser un trabajo peligroso. Pero al mismo tiempo me dijo que si tenía la oportunidad de hacerlo, que buscara ingresar”.

Durante más de 10 años, Sara ha sabido hacerle frente al peligro que representa estar en las calles, o bien, en operativos.
Es un riesgo, pero también cuando lo haces con amor, con pasión ante todo no se te hace pesado, afortunadamente no podemos decir que todos los policías somos malos o todos los ciudadanos son malos porque es ley de vida, pero si nosotros como oficiales nos ponemos a hacer lo que nos corresponde, para nada se nos hace pesado”.
Sara Juárez Rebollo
La mayoría de las mujeres busca ingresar a la policía por vocación, motivación y necesidad económica. Sin embargo, esa vocación por la labor policial suele disminuir cuando se enfrentan a la falta de apoyo por sus compañeros, que en el caso de Sara fue lo contrario.
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“Es hacer equipo con los compañeros, no hacerlos sentir menos ni nosotras sentirnos menos porque yo les digo que de nada sirve que te pongas en tu esquina y yo en la mía, si pasa algo los dos tenemos que actuar, tú me cuidas y yo te cuido”, compartió Sara.

Sara se ha ganado el respeto de los automovilistas, ya que una vez que la miran en la calle saben que no deben esperar en doble fila, respetar la luz roja del semáforo y no generar tráfico, de lo contrario “La Morena”, como la conocen tiene preparada la infracción correspondiente.

Sara hoy cumple su sueño de ser Policía de Tránsito, mismo que en algunos años podría compartir con su hija de 15 años, quien le ha manifestado su deseo por formar parte de esta corporación.
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