En Toluca, capital mexiquense, el desabasto de agua potable a través de las redes de distribución es un problema que afecta a miles de personas, convirtiendo su vida en una lucha constante por obtener un elemento vital.
Según un estudio reciente, el 40% de las personas en Toluca invierte más de 500 pesos al mes en agua embotellada o sistemas de purificación de agua. Es un precio que muchos no pueden pagar, pero es el único modo de obtener agua potable para consumo.
Pero la falta de agua potable no solo es un problema económico, también es un problema de salud y dignidad. Las personas tienen que esperar largas filas para obtener agua de pozos o tanques, o tienen que cargar con botes de agua pesados. El tiempo y el esfuerzo que se invierte en buscar agua es agotador, especialmente para aquellos con discapacidad o de edad avanzada.
La historia de Gilberto Enríquez es solo un ejemplo. Este habitante de Toluca ha tenido que tomar medidas drásticas para asegurar el suministro de agua en su hogar. "Tuve que comprar un tinaco y ponerlo en mi patio a nivel de piso, y además instalar una bomba para retener y suministrar agua para mi tinaco principal", explica. "Es una solución temporal, pero no sabemos cuánto tiempo más podremos aguantar".
Laura Hernández, vecina de la colonia San Bernardino, comentó que tienen que esperar días enteros a que pasen los piperos para llenar algunos baldes y cubetas, porque el agua dejó de llegar por las tuberías desde febrero.
“Es un gasto que no tenía contemplado, soy madre soltera y tengo tres hijos, entonces esta situación afecta mi economía”, señaló.
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