Toluca, Méx. Cada año, el viernes anterior al equinoccio de primavera, el mundo conmemora el Día Mundial del Sueño, una iniciativa promovida por la Sociedad Mundial del Sueño para sensibilizar sobre la importancia del descanso en nuestra salud física y mental. Dormir bien no solo nos ayuda a recuperar energía, sino que también influye en la memoria, el estado de ánimo y el sistema inmunológico.
Sin embargo, no todas las horas de sueño son iguales. Nuestro descanso se divide en diferentes etapas, cada una con funciones específicas para la restauración del cuerpo y la mente. Conocerlas nos permite comprender la importancia de un sueño de calidad y adoptar hábitos que lo favorezcan.
El sueño se organiza en ciclos que duran aproximadamente 90 minutos, repitiéndose varias veces durante la noche. Se dividen en dos grandes fases: sueño No REM y sueño REM.
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Es la primera fase del descanso y consta de tres etapas:
En esta fase, el cerebro muestra una actividad similar a la vigilia, pero el cuerpo permanece inmóvil. Aquí ocurren los sueños más vívidos, y se considera fundamental para el aprendizaje y la memoria. Representa aproximadamente el 25% del tiempo total de sueño.
Dormir bien no solo nos permite sentirnos descansados, sino que también reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, obesidad y trastornos del estado de ánimo. En el Estado de México, diversas instituciones de salud promueven hábitos para mejorar la calidad del sueño.
En este Día Mundial del Sueño, es un buen momento para reflexionar sobre nuestros hábitos de descanso y realizar pequeños cambios que pueden marcar la diferencia en nuestra salud y bienestar.
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