Toluca, Méx.— Hace siete años, Maribel González sobrevivió a la que le dejó heridas físicas y emocionales, con las cuales enfrentó a un sistema inepto y a una sociedad machista. Hoy en día se declara más fuerte y espera que su historia visibilice este problema que aún afecta a muchas mujeres.

Maribel compartió lo que fue el peor día de su vida. El 27 de junio de 2018 su expareja la raptó de su trabajo en Temoaya, la golpeó, le infringió una herida en el cuello, la abandonó en medio de la nada y desapareció con su hijo de 7 años, a quien no ve desde entonces.

Su expareja la raptó de su trabajo en Temoaya, la golpeó, le infringió una herida en el cuello / Foto: Arturo Hernández
Su expareja la raptó de su trabajo en Temoaya, la golpeó, le infringió una herida en el cuello / Foto: Arturo Hernández

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Yo me defendí, pero me aventó, me apreté con mi mano el cuello, me desperté y seguí apretando fuerte, caminé no sé cuántas horas. No podía hablar, tenía mucha sed, no sé de dónde saqué fuerzas, hasta que escuché a un señor y unos niños


relató

Maribel ya había denunciado las agresiones de su expareja, denunció que le quitó a su hijo y tuvo que regresar una vez más para denunciar que intentó matarla. Nada fue suficiente para que la Fiscalía para la Atención a la Violencia de Género detuviera al agresor, quien actualmente continúa sin pagar por sus actos.

Estuve yendo a la Fiscalía, con la pandemia cerraron todo. Hasta después regresamos y me dijeron que la carpeta de investigación ya no estaba ahí, que regresara otro día. Hoy recuerdo y siento impotencia y coraje


dijo

La violencia machista que enfrentó no acabó con este hecho. La sociedad misma la revictimizó: en el hospital no aplicaron protocolos para su atención, su comunidad la culpó de lo que ocurrió, conseguir trabajo fue cada vez más difícil y las autoridades solo se tomaron la foto y la dejaron sola.

A la fecha no se ha hecho justicia y espera reunirse con su hijo, secuestrado por su expareja / Foto: Arturo Hernández
A la fecha no se ha hecho justicia y espera reunirse con su hijo, secuestrado por su expareja / Foto: Arturo Hernández

Me decían: ‘Usted no está sola’. Realmente siempre estuve sola, porque ellos decían que harían algo y nunca tuve apoyo. No estoy sola porque me tengo a mí misma, pero nadie me ayudó. Ahora ya no tengo miedo


aseguró Maribel.

Pese a todas las penurias, Maribel sale adelante de la mano de uno de sus hijos, quien ha sido su fortaleza y compañía, y espera volver a ver a su otro pequeño. Hoy es una persona más fuerte y valiente que le enseña a las nuevas generaciones que la violencia no se debe aceptar. Ella misma ya no tolera ninguna agresión.

Por ello, llamó a todas las mujeres que viven algún tipo de a que no lo permitan, que pongan un alto, que lo denuncien, que no digan “es normal”, porque el agresor no va a cambiar. Que lo acepten y se vayan antes de que sea tarde.

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Finalmente, deseó que su hijo Rodrigo vuelva a casa.

Hay muchos medios por los que me puede contactar, o que se acerque a las autoridades. Espero que lo haga y esta vez las autoridades sí hagan algo


finalizó Maribel

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