Toluca, Méx. El Índice de Masa Corporal (IMC) ha sido una herramienta estándar para evaluar la de una persona desde la década de los 70. Sin embargo, en los últimos años, su eficacia ha sido cuestionada debido a varias limitaciones.

La nutrióloga Itzel Gómez Sánchez explicó que esta herramienta no distingue entre y , ni considera factores como la distribución de la grasa o la salud metabólica.

El IMC puede equivocarse en las proporciones de masa, grasa y músculo, ya que solo usa el peso y la estatura al cuadrado, por lo que no se recomienda como único parámetro para diagnosticar a un paciente”, señaló.


La nutrióloga Itzel Gómez Sánchez explicó que esta herramienta no distingue entre masa muscular y grasa corporal. Foto: Especial
La nutrióloga Itzel Gómez Sánchez explicó que esta herramienta no distingue entre masa muscular y grasa corporal. Foto: Especial

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Este indicador clasifica el peso en categorías, según el resultado del cálculo, peso bajo in IMC menor a 18.5, peso normal de 18.5-24.9, sobrepeso de 25-29.9 y obesidad 30 o más. Su aplicación generalizada ignora diferencias de edad, sexo y composición corporal, por lo que su uso exclusivo puede generar diagnósticos erróneos.

No lo uso con mis pacientes porque se ha demostrado que es impreciso. Yo uso una báscula con bioimpedancia que mide agua, masa grasa, músculo, grasa visceral y edad metabólica para un diagnóstico más completo”, explica la especialista.


El IMC puede clasificar erróneamente a personas con alta musculatura como obesas y a individuos con poca masa muscular pero alta grasa visceral como saludables, un diagnóstico como este puede hacer que las personas ignoren problemas de salud reales, como la desnutrición o el riesgo de diabetes y enfermedades metabólicas.

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El Índice de Masa Corporal puede clasificar erróneamente a personas con alta musculatura como obesas. Foto: Especial
El Índice de Masa Corporal puede clasificar erróneamente a personas con alta musculatura como obesas. Foto: Especial

Además, clasificar a las personas bajo estas etiquetas puede llevarlas a desarrollar ansiedad por su peso y caer en hábitos poco saludables, generando una relación negativa con la alimentación y el ejercicio.

Los pacientes pueden alarmarse si su IMC está fuera de los parámetros normales, sin embargo, es importante recordar que la salud no solo se refleja en una cifra, sino en un conjunto de hábitos”, enfatizó la nutrióloga.


A pesar de estas deficiencias, el IMC sigue utilizándose en instituciones de salud pública del Estado de México por su simplicidad y bajo costo. No obstante, en la actualidad es necesario adoptar métodos adicionales para obtener una visión más precisa de la salud.

En sustitución a este indicador Itzel Gómez recomendó utilizar el ABCD de la nutrición, es decir considerar medidas antropométricas, análisis bioquímicos, antecedentes clínicos y hábitos dietéticos, para dar un diagnóstico nutricional más preciso a las personas, ya que la composición corporal de todos es diferente.

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