Por: Vania Enciso
Toluca, Méx. Las minibanquetas de la Avenida Sebastián Lerdo de Tejada, una de las principales arterias del centro de Toluca, se han convertido en una barrera para los peatones, especialmente para las personas con discapacidad. Las aceras angostas y mal acondicionadas, dificultan el paso de quienes utilizan silla de ruedas o andadores, convirtiéndose en un riesgo para la movilidad.
La falta de espacio es consecuencia de la antigüedad que tiene la infraestructura. Construidas en un tiempo donde no se priorizaba la accesibilidad, hoy los espacios no cumplen con los estándares de movilidad universal, lo que afecta a una gran parte de la población.
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Un tramo particularmente conflictivo se encuentra frente al Palacio de Gobierno, donde las banquetas están obstruidas por vallas de policía que resguardan la seguridad del edificio y las personas en él. Sin embargo, esta medida, aunque necesaria, afecta seriamente la circulación, obligando a los peatones, en ocasiones, a caminar por la calle. Además, la presencia constante de elementos de la policía en la zona contribuye a bloquear aún más el paso de los transeúntes, lo que genera mayor caos y riesgo en una de las áreas más concurridas del centro.
El conflicto continúa al avanzar por la misma avenida, llegando a un costado del Teatro Morelos, donde el reducido tamaño de las banquetas se ve aún más comprometido por la presencia de comerciantes ambulantes. La invasión de los espacios destinados para el paso de los peatones dificulta aún más la movilidad, especialmente para personas con discapacidad. La combinación de banquetas estrechas y la ocupación de los vendedores crea un cuello de botella que genera un ambiente inseguro y molesto para quienes transitan diariamente por esta zona.
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María Elena, vecina de la zona, señala que acompañar a su madre, que usa silla de ruedas, es una tarea complicada.
Las banquetas son tan angostas que tenemos que ir a la calle. Las rampas están obstruidas o en mal estado”, asegura. Daniel Pérez, quien usa un andador, comparte la frustración: “En muchos tramos, simplemente no puedo avanzar sin ponerme en riesgo. Es una verdadera prueba de paciencia”.
Las autoridades locales no han tomado medidas efectivas para resolver el problema. La falta de intervención ha perpetuado esta situación. Para mejorarlo, se necesita un proyecto integral de rehabilitación en la avenida, que garantice la accesibilidad y seguridad de todos los ciudadanos, especialmente de aquellos con movilidad reducida.
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