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El Oro, Méx. A lo largo de la carretera que conecta a Atlacomulco con El Oro, en el corredor turístico que también lleva a municipios como Temascalcingo, un grupo de comerciantes y artesanos alfareros comienza a llenar sus puestos con adornos y artículos navideños.
Desde figuras de cerámica pintadas a mano hasta nacimientos elaborados, los productos de esta temporada se convierten en un atractivo para los viajeros que cruzan por esta ruta.
En el pequeño poblado de La Jordana, con más de 30 años de tradición en la alfarería, las familias se dedican a crear y comercializar piezas únicas que reflejan tanto su creatividad como la riqueza cultural de la región.
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Entre los productos más populares están las esferas, figuras de pastores, ángeles y decoraciones para árboles, cuyos precios oscilan entre los 50 y los 450 pesos, dependiendo del tamaño y la complejidad de los diseños.
Aunque la alfarería en La Jordana tiene raíces profundas, no todos los productos que se ofrecen son de elaboración local. Algunos artesanos han optado por incorporar piezas originarias de Michoacán, aprovechando la calidad y la fama de los artesanos de ese estado, mientras que otros han decidido innovar creando diseños propios que se inspiran en la flora y fauna de la región.
“Es una tradición que nos da identidad, pero también una forma de mantenernos económicamente activos”, comentó María Hernández, una de las comerciantes del lugar. Ella ha comenzado a experimentar con nuevas técnicas para ofrecer piezas que combinen estilos tradicionales con acabados modernos, atrayendo a un público más amplio.
Por otro lado, algunos habitantes de La Jordana han visto en este oficio una oportunidad para iniciar sus propios negocios.
Yo empecé hace cinco años, comprando piezas pequeñas y decorándolas. Poco a poco he aprendido a moldear y ahora vendo mis propios diseños”, relató Pedro Mejía, quien destaca por sus figuras de nacimientos en tonos naturales.
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La temporada navideña es crucial para los alfareros, pues representa la época del año con mayores ventas. Sin embargo, los últimos años han sido difíciles debido a la disminución del turismo en la región. A pesar de ello, los comerciantes mantienen la esperanza de que esta temporada represente una recuperación significativa para sus negocios.
Antes, los fines de semana veíamos pasar muchos visitantes rumbo a El Oro o Temascalcingo, pero con la pandemia y otros factores, el flujo ha disminuido. Ahora estamos tratando de atraer a más personas con precios accesibles y piezas de calidad”, explicó Martín González, otro de los comerciantes que lleva más de dos décadas dedicándose a la venta de artesanías.
Además, el corredor alfarero se ha convertido en un punto de interés turístico no solo por las piezas navideñas, sino también por su oferta variada que incluye macetas, vajillas, y figuras decorativas para todo el año. Este atractivo adicional busca mantener el flujo de clientes incluso fuera de la temporada alta.
Los alfareros de La Jordana hacen un llamado a los viajeros y a las comunidades cercanas para que visiten sus puestos y apoyen esta tradición que, además de ser un sustento económico, es parte del patrimonio cultural de la región.
Comprando una pieza, no solo se llevan algo bonito, también están apoyando a las familias que vivimos de este trabajo”, enfatizó Rosa Pérez, quien se dedica a pintar nacimientos y figuras de cerámica.
Con más de tres décadas de historia, este corredor artesanal sigue siendo un referente para quienes buscan piezas únicas que combinan tradición, creatividad y un toque personal.
Con la llegada de la Navidad, los alfareros se preparan para recibir a los visitantes que buscan adornar sus hogares con piezas auténticas y hechas a mano.
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