Tepotzotlán, Mex.- “Una escucha cáncer de mama y se imagina muerte. Yo me di cuenta porque sentí una bolita, como canica. Le eché pomada y no se deshacía. Me hicieron una biopsia y ahí fue cuando supe”, contó la señora Hermelinda Gómez Velázquez a quien le detectaron cáncer de mama hace 14 años y le tuvieron que extirpar el seno izquierdo.
Al conocer el diagnóstico, reconoció que tuvo miedo y más pensando en sus hijas y al haberse separado de quien fue su marido, combatiendo la enfermedad prácticamente sola y perdiendo su trabajo, pues en un inicio le ayudaban con las incapacidades al asistir a sus consultas y quimioterapias. Sin embargo, terminó desempleada y optó por ir a casas a limpiar y planchar ropa.
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Viajaba desde la comunidad de Las Ánimas, en el municipio de Tepotzotlán, en el Estado de México, hasta el hospital Siglo XXI, en la Ciudad de México, desde las 4:30 am para ser de las primeras en que atendieran y poder regresar por sus dos hijas a las que logró sacar adelante sacar adelante y que ahora son licenciadas en Administración de Empresas y Derecho.
Se dijo emocionada puesto que se acercó al DIF del gobierno municipal de Tepotzotlán para solicitar apoyo y conseguir una prótesis mamaria, la cual está próxima a recibir de forma gratuita, toda vez que le ha causado inseguridad el haber perdido el seno izquierdo; incluso, mencionó que se negaba a perderlo hasta que los doctores del Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) de La Raza, le explicaron que ya estaba todo contaminado y de no hacerlo, podría extenderse.
Cuando me dijeron que era positivo, me puse a llorar y a llorar. Dije: esto es malo, ya no sé qué será de mi vida. Y yo por las que me ponía a pensar eran mis hijas, pero dije ya ni modo. En La Raza fue donde iniciaron mis estudios y después me operaron”, contó, al tiempo de señalar que tuvo que someterse a 9 quimioterapias, durante nueve meses, una cada mes, y en la segunda tuvo una fuerte hemorragia y padecía de ansiedad y taquicardias que le hacían pensar que ya debía rendirse
Hermelinda Gómez Velázquez
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Dios era quien la llevaba y la traía, afirma, pues en ese tiempo se quedó sola y sus hijas debían quedarse al cuidado de vecinos, recibiendo apoyo de una hermana en la etapa de las quimioterapias debido al riesgo que le estaban significando las hemorragias que presentaba y el impacto económico fue grande con todo y que los medicamentos se los daban gratis en el hospital Siglo XXI.
Tuve miedo y creí que era el final. Se lucha mucho pero sí se le puede ganar a la enfermedad, yo me agarré mucho de Dios y haciendo caso a las instrucciones de los doctores al pie de la letra. No tengan miedo, no es cuestión de muerte, se puede rescatar todavía y seguir luchando en contra de esa enfermedad”, finalizó Hermelinda, cuya enfermedad se mantiene en vigilancia pues le explicaron que un cáncer no es curable al 100%
Hermelinda Gómez Velázquez