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Toluca, Méx. No se requieren grandes inversiones en permisos, equipos ni en un establecimiento fijo. Con un capital de apenas 2 mil pesos, es posible iniciar un negocio lucrativo en la venta de alcohol dirigido al público adolescente y juvenil.
Cartulina, mesa, vasos y cerveza son solo la parte inicial del emprendimiento. Incluso, en internet es posible adquirir kits para preparar micheladas (o "miches", como las llaman los jóvenes) o azulitos desde 350 pesos. Con eso y mucha disposición, algunas personas instalan puntos de venta improvisados en cualquier lugar de la vía pública.

Tradicionalmente, los viernes y sábados son los días de mayor consumo; sin embargo, esto no impide que la actividad se realice durante la semana. Estos pequeños emprendedores, como ellos mismos lo mencionan, juegan a la "ruleta rusa" con sus ventas, apostando simplemente a no ser sancionados.
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La estrategia es sencilla: colocan una mesa en un lugar visible, exhiben un cartel "sencillo" y dejan los insumos vacíos, esperando a que lleguen los clientes. Las bebidas cuestan entre 70 ("los pitufos"), 90 las miches y 120 pesos las más elaboradas.
Uno de los sitios expuestos, en el caso de Toluca, es la avenida Laguna de Volcán, en la colonia del Seminario. Los fines de semana, aprovechan la venta tradicional del mercado y tianguis, que crecen a lo largo de la vía. Entre las calles se registra esta actividad, sucede ante la mirada de los vecinos y de la propia autoridad.
El conflicto, según indican los vecinos, es la falta de control en la venta de estas bebidas. El límite lo pone el bolsillo del consumidor, lo que da lugar a escenas de jóvenes y adultos embriagados por el alcohol, ya sea haciendo sus necesidades fisiológicas en la calle o participando en peleas violentas.
La cuestión es cómo terminan. Se quedan bebiendo en la vía pública. Como mujer, ni pensar en pasar caminando, mucho menos con los niños, porque están orinando en la cuadra o peleándose
Daniela Álvarez, vecina de la colonia del Seminario

Algunos definen sus cocheras o patios como el mejor lugar para realizar la venta. Esto les permite contar con clientela fija y espacio para vender otros productos o amenizar los encuentros con música.
Están vendiendo toda la semana. No veo mucha regulación
Daniela Álvarez, vecina de la colonia del Seminario
La concentración aleatoria de ventas tampoco asegura el cumplimiento de la prohibición de venta de alcohol a menores de edad.
Según la ley estatal, la venta de alcohol en la vía pública se sanciona con multas que van de 15 a 30 Unidades de Medida (UMAs), lo que equivale a hasta tres mil pesos. Esta cantidad podría superarse fácilmente en una jornada de ventas. Por ejemplo, un cartón de "caguamas" con 12 unidades representa una ganancia de mil 80 pesos, por lo que tres cartones vendidos podrían cubrir el riesgo de la multa.
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